El Angel de El Vendrell.
Viajar: primera nota en este pueblo catalán de esta miradora serial.
¿Realmente, como sostienen muches, como por ejemplo, la Filóloga de Guardia, el nombre de El Vendrell viene de Venus? Primer punto interesante de esta localidad del sur de Catalunya, que dista 66,4 km de Barcelona y 35 de Tarragona. Su fundación data del año 1030, y su iglesia, consagrada al Salvador, es originaria del siglo XIII reformulada en el XVIII. En la punta de su campanario se erige un ángel veleta pararrayos conocido como El Angel de Tobías. Fue realizado por Josep Romeu y Josep Dalmau, es plancha de cobre, mide 275 cm de alto y pesa 140 kg, apoyándose sobre la pierna izquierda. En 1958 fue descendido, restaurado y vuelto a colocar en una mítica recolocación vía helicóptero, suceso inolvidable, según el lugar que está en internet a través del registro de su transmisión en vivo desde radio española.
En cuanto a su iconografía, remite a un personaje (Tobías), que vive un episodio de la Biblia con el arcángel Rafael. No voy a contar la historia, solo decir que aquí en Catalunya los modos de apropiarse de este tipo de leyendas bíblbicas es hermoso y sorprendente porque reconecta popular y particularmente con la Historia del Arte, abriendo horizontes para las atribuciones y formas.
Apunto aquí dos representaciones particulares de la historia del arcángel y Tobías, que me gustan mucho. La primera, de Andrea Verrocchio:
Este es Tobiolo e l´angelo, fechado hacia 1470/80. Mide 88,4 x 66,2 cm. Está en la National Gallery de Londres. Quizás Leonardo, que era de su taller, le haya pintado el pez, o el perro. Ese perro, capítulo aparte, en algún momento me debería ocupar de los que van a apareciendo en esta época, que también aparecerá y con formas similares en la segunda obra de Tobías y el Angel que traigo aquí, la pintada por Pollaiuolo:
Este sería quizás antecedente, 10 años anterior, un óleo sobre tabla de 188 x 119 cm, fechado en 1465-1470 que se encuentra en la Galería Sabauda de Turín (pinacoteca que tengo fichadísima entre mis próximas a visitar, en una lista larga pero no imposible, ya llegará).
Como ven, el perrro se mantiene, y bastante parecido. Una buena para quienes dicen que los perros solo aparecen en estas épocas si son de caza. Un flash los perros como este; quizás sean perros nubes, de esos que solo ven mis amigas Pao y Antonia a las que les dedico este post, porque los perros nubes existen.
Pregunta que lanzo: ¿cuál de las dos pinturas les gusta más?
Sigo aquí, en el Museo Fenosa, y apunto despunto distracciones escribiendo aún más en mi susta cuaderno de notas. Para mí son ayuda memoria de clases, de anécdotas que cuento, registro compartido de un poco de lo que guardan mis cuadernos en papel.
El Vendrell llevará varias entradas, yo feliz de tener la suerte de vivir aquí, en la Residencia del Museo Fenosa, mientras investigo sobre la amistad como modo de combatir exilios y melancolías. El ángel del campanario es mucho más que una simple veleta: acompaña desde la terraza, vibra cuando repica la torre e ilumina dulcemente de noche a las almas que escriben.
Hermosa nota. Gracias por traernos tus viajes. Ese ángel verde cobre es una belleza. Y ese Verrocchio, ni hablar. Vamos por más viajes y perros nube en esta vida